jueves, 16 de mayo de 2013



EL PORDIOSERO SIN FIN
Hace mucho tiempo en una ciudad de París  en un bar llamado ”La casa solitaria” un pordiosero disfrutaba de los restos de un delicioso estofado de cerdo que unos matones habían dejado hace unas cuantas horas. Cuando regresaba a su humilde posada (un basurero) encontró algo que reflejaba una luz de una lámpara, se acercó más y encontró un anillo de rubí. Al principio se golpeó al pensar que estaba soñando, pero al saber que era verdad se desmayó. Él estaba atónito por este hecho porque sería sensacional todo lo que podría hacer con ese anillo venderlo, ganar algo de dinero sería sensacional pero había un pequeño problema no podía decirle a nadie o sino lo tomarían como ladrón y se dañaría su vida.
También tenía un asunto pendiente tenía una cita a ciegas en unos días pero no sabía si podría encontrar una muda de ropa un poco más formal para la cita ya que le había dicho que era un hombre muy rico y prestigioso a su cita (eso era lo que menos le importaba a su cita ella en realidad era muy rica).
Mientras él pensaba que hacer a un famoso empresario le atracaban frente a sus narices, el no supo que hacer y salió corriendo. Cuando volvió a su humilde posada, encontró al empresario muerto desangrado por una bala en el riñón, el lo primero que hizo fue gritar; pero luego aprovecho la oportunidad y le saco la ropa dejándolo sin nada de ropa. Estaba manchado de sangre, sí, pero no había nada mejor que ponerse.
Contento e ilusionado se fue a su cita a ciegas en el famoso bar “La Casa Solitaria”, todos sus amigos se impresionaron al ver al pordiosero en tan elegantes ropas, pero también se impresionaron porque estaban manchadas de sangre.
El pordiosero pidió una mesa y espero pacientemente a su cita a ciegas. Al llegar la señorita se enamoró perdidamente de la francesita pelirroja pero ella volteo para otra mesa   y se quedó esperando el pordiosero se levantó y le pregunta a la señorita “espera a alguien” ella respondió si una cita a ciegas” el muy contento dijo que coincidencia creo que tú eres mi cita él se sentó hablaron un rato se despidieron y jamás se volvieron a ver ella murió en un accidente esa misma noche y el quedo solo toda la vida, a los cuantos años murió por una rara enfermedad. El pordiosero nunca cumplió su sueño darle el anillo a la persona que más amaba (la pelirroja).
FIN

 Hecho por :Isabella Espinosa revelo e Isabella Martínez.


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