EL PORDIOSERO SIN FIN
Hace mucho tiempo en una
ciudad de París en un bar llamado ”La casa solitaria” un pordiosero
disfrutaba de los restos de un delicioso estofado de cerdo que unos matones
habían dejado hace unas cuantas horas. Cuando regresaba a su humilde posada (un
basurero) encontró algo que reflejaba una luz de una lámpara, se acercó más y
encontró un anillo de rubí. Al principio se golpeó al pensar que estaba
soñando, pero al saber que era verdad se desmayó. Él estaba atónito por este
hecho porque sería sensacional todo lo que podría hacer con ese anillo venderlo,
ganar algo de dinero sería sensacional pero había un pequeño problema no podía
decirle a nadie o sino lo tomarían como ladrón y se dañaría su vida.
También tenía un asunto
pendiente tenía una cita a ciegas en unos días pero no sabía si podría encontrar
una muda de ropa un poco más formal para la cita ya que le había dicho que era
un hombre muy rico y prestigioso a su cita (eso era lo que menos le importaba a
su cita ella en realidad era muy rica).
Mientras él pensaba que
hacer a un famoso empresario le atracaban frente a sus narices, el no supo que
hacer y salió corriendo. Cuando volvió a su humilde posada, encontró al
empresario muerto desangrado por una bala en el riñón, el lo primero que hizo
fue gritar; pero luego aprovecho la oportunidad y le saco la ropa dejándolo sin
nada de ropa. Estaba manchado de sangre, sí, pero no había nada mejor que
ponerse.
Contento e ilusionado se
fue a su cita a ciegas en el famoso bar “La Casa Solitaria”, todos sus amigos
se impresionaron al ver al pordiosero en tan elegantes ropas, pero también se
impresionaron porque estaban manchadas de sangre.
El pordiosero pidió una
mesa y espero pacientemente a su cita a ciegas. Al llegar la señorita se
enamoró perdidamente de la francesita pelirroja pero ella volteo para otra mesa
y se quedó esperando el pordiosero se levantó y le pregunta a la
señorita “espera a alguien” ella respondió si una cita a ciegas” el muy
contento dijo que coincidencia creo que tú eres mi cita él se sentó hablaron un
rato se despidieron y jamás se volvieron a ver ella murió en un accidente esa
misma noche y el quedo solo toda la vida, a los cuantos años murió por una rara
enfermedad. El pordiosero nunca cumplió su sueño darle el anillo a la persona
que más amaba (la pelirroja).
FIN
Hecho por :Isabella
Espinosa revelo e Isabella Martínez.
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